“Ruinas y ciudades” es el nombre que llevará la exposición. En esta muestra Alberto se ha interesado mucho por lo que es la arquitectura, el espacio urbano en constante cambio, el lugar donde vivimos llamado ‘ciudad’, llamado también ‘ruinas’. “He querido salirme para mirar, como un marciano o una persona que mira desde arriba y se cuestiona acerca de lo que ve”, enfatiza el artista.
El trabajo de creación fue distinto a su muestra anterior (Cowboys/2006). Y en estos dos años Alberto ha aprendido a pensar en algunas cosas que hizo. También ha aprendido a ‘no hacer’. Y en ese aprendizaje de ‘no hacer’ nacieron una serie de piezas y surgió la inspiración para realizar ésta, su segunda muestra.
Uno de los trabajos que presentará se llama “Doce maneras de caerme” que justamente trata sobre el ‘no hacer’ que él mismo menciona. Son doce piezas en donde una persona se quiebra en distintos sitios de la ciudad: en un taller, un auto, una galería, un cerro, en el supermercado, entre otros. “Son lugares en donde quería desmayarme. Son parte de mi cotidianeidad. Me he querido caer porque ya no he podido más con mi materia misma. Ese quiebre tiene mucho que ver con una especie de resistencia a la productividad, al no hacer nada”, agrega Alberto.
Estas doce piezas son grabados. Detrás de la imagen que se observa hay alrededor de 100 fotos previas, las cuales fueron trabajadas en computadora o versión digital y luego de manera manual. Cada una de estas piezas mide alrededor de 1.85 x 1 mt..
“Mapas” es otro de sus grandes trabajos que presentará en esta segunda individual. Consiste en una serie de mapas en base a fotografías aéreas. Él quiere armar una ciudad de Lima cortada por los pedazos que le interesan y, para ello, ha escogido Chorrillos, el mar, la carretera, parte del centro de Lima, el Museo de Arte de Lima, su casa, la casa de su madre, las huacas y otros. Son espacios que significan un recorrido subjetivo y conceptual de su lectura de la ciudad. “Estos pedazos los junto y vuelvo una especie de ciudad que la voy entretejiendo como si fuera una ciudad nueva. Y hago un gran cuadro, que tiene mis pisadas alrededor con pintura. Entonces es el recorrido de mi ciudad”, puntualiza.
Otra de las piezas que mostrará Alberto es “Autopista”, un trabajo hecho de bastidores pintados de negro, cuya creación, imaginación y talento me hacen compararlo al trabajo de Louise Nevelson (1899-1988) que se expone en el Smithsonian American Art Museum en la ciudad de Washington DC. Alberto utilizó los bastidores de su taller, en los que pintó todo este tiempo y no concluyó nada. Su infancia viviendo al costado de la carretera y en su vida adulta frente al mar lo hicieron contemplar los viajes y reforzar la sensación de poder llegar a distintos puntos lejanos. Este trabajo recoge parte de esas vivencias.
Asimismo, ese sentimiento de la tierra y el mar se repite para él a través del sonido. Con esta sensación Alberto también preparó un videoarte en tres televisores, en los cuales se muestra los sonidos de la carretera, el mar y el aire por separado. El sonido es algo que ha estado con él siempre. Incluso, según relata, empezó a meterse en el arte por una cuestión de sonido, porque le gustaba mucho la música. “Siempre ha estado adentro mío y también está presente en mi trabajo”, comenta. El sonido y el silencio son las contraposiciones que a él le interesan mucho y, en la cuestión plástica, éstos se manifiestan entre el vacío y el lleno.
La muestra “Ruinas y ciudades” tiene además una pieza que lleva su nombre formada de cassettes de VHS que crean una especie de ruina y ciudad imaginada, hecha de deshechos tecnológicos. Según cuenta Alberto, la visión de la ruina es la misma visión que tuvo cuando entró a la Huaca Pucllana. Además agrega: “Cuando estás ahí, te preguntas adónde vives. Hay un juego de identidad del tiempo y de lo que queremos conseguir”. En este trabajo Alberto pone las palabras ruina y ciudad al mismo nivel y, con ello, trata de sintetizar el concepto de la muestra.
Como se puede apreciar, para cada pieza de la exposición Alberto utiliza distintas técnicas. No cabe duda de que le gusta jugar con varios lenguajes y eso lo convierte en un artista más versátil, digno del arte moderno y contemporáneo. Él dice que sólo espera hacer esta muestra y disfrutarla con sus amigos artistas. “Hago la muestra para mí. Uno hace el trabajo que quiere ver, que le gustaría ver en una galería y no lo ve”, añade.
Alberto Borea Labarthe ya ha participado en más de 15 exposiciones colectivas realizadas en Alemania, Argentina, España, Estados Unidos, Guatemala, además del Perú. En esta oportunidad, su crea¬ción e ingenio puestos en “Ruinas y ciudades” han sido para él un gran desafío.