Luis Leante. Editorial Alfaguara. 308 páginas
Santiago, joven modesto y vivaz, se enamora de Montserrat, también joven pero burguesa. Amor espontáneo, al comienzo ocultado, como ese enamoramiento juvenil a escondidas, que luego es descubierto y finalmente abandonado.
Santiago tiene ir a hacer su servicio militar y deja de ver a Montserrat, la cual cree que la ha abandonado porque ya no la quiere.
Cada uno hizo su vida: Montserrat se convirtió en una destacada médico, se casa con un colega de reconocido prestigio, quien le da tranquilidad pero no le suscita pasión. Santiago, por su parte, se instala en Marruecos, en la época en que era protectorado español, y se casa con una lugareña. Montserrat, sin embargo, siempre siguió enamorada de Santiago, a quien creía muerto, hasta que a un paciente que llega a su hospital le encuentra una foto de él.
La historia se desarrolla entre el amor perdido de Montserrat y Santiago, y los acontecimientos de abuso y violencia derivados de la ocupación española en el desierto del Sáhara. Destacan, en este sentido, las diversas costumbres, las idiosincrasias diferentes, las distintas maneras de ver el mundo, entre la cultura occidental y la denominada cultura saharaui. Santiago, no obstante, al casarse con una lugareña, expresa la asimilación que el ser humano puede lograr cuando hay necesidad de amor y acompañamiento.
Montserrat, para ello, ha decidido abandonar su placidez en busca de su amor juvenil y viaja al desierto a encontrarse con Santiago. Finalmente, no se encuentran.
La obra está escrita con lenguaje limpio, con voz clara, entremezclando las historias que se cuentan: la del amor y la de la ocupación militar, creando la tensión que produce la buena literatura.
